5 de abril de 2008

Editorial

Fiesta Roja
La fiesta de Santo Entierro celebrada en Teocelo del 25 al 28 de enero efectivamente fueron diferentes a todas las anteriores, tal como lo anunciaron las autoridades. Hubo acciones que a la población le agradaron como el esfuerzo por mantener limpia la ciudad, mejor vialidad, una mejor distribución de comerciantes locales y foráneos la promoción de productos regionales, algunos espectáculos de calidad en el teatro del pueblo y algunos eventos gratuitos. Pero también vemos con preocupación que las fiestas patronales de nuestros municipios van perdiendo su esencia religiosa y son terreno fértil para hacer grandes negocios y para hacer política. Después de las campañas del año pasado distintas también de todas las anteriores, suponíamos que íbamos a librarnos buen rato del color fiel. El rojo por todos lados: pancartas, mamparas, playeras, carteles, manteles, adornos de todo tipo. Pero no sólo lo visual lo saturaron de rojo, también volvimos a escuchar hasta el cansancio las frases: latir con fuerza, el esfuerzo continua, fidelidad a las tradiciones, y el colmo “mascota fiel” en una exhibición canina. En los programas televisivos del canal “de los veracruzanos”: conductores, letreros, fondos y recuadros rojos. Se anunció incluso la visita del Gobernador, pero los priístas se tuvieron que conformar con la presencia del Diputado Adolfo Mota, quien sigue repitiendo que Teocelo tendrá apoyos como nunca. Esperamos que esos apoyos no sólo sean gorras, playeras, paraguas, mochilas o despensas en cajas rojas.


Por otro lado, fue un gran negocio de empresas cerveceras. Estuvieron en bailes, peleas de gallos, en carpas, vaquillada y en eventos deportivos. Negocios particulares como las peleas de gallos dispusieron de inmuebles oficiales y del servicio de policías municipales. El ambiente fue tan familiar que menores de edad pudieron ver cómo se mataban los gallos entre sí o por sus propietarios. “Pues quedaron muy mal heridos” explicaron. Por cierto, muchas personas se sintieron decepcionadas pues no vino la banda anunciada, ni hubo baños portátiles sin costo, ni todos los eventos fueron gratuitos. Tampoco vino el prominente político que paga su precampaña con recursos públicos.

Los eventos religiosos también han venido a menos, esta vez no hubo primeras comuniones; hubo bautizos como todos los domingos. Las opiniones respecto al párroco también están divididas.

Nos da la impresión que las fiestas de enero fueron sólo un ensayo, para las fiestas de agosto tendremos la versión corregida y aumentad.

(1 de febrero de 2008)

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