2 de octubre de 2010

LA SARTÉN POR EL MANGO

Por: Verónica Carrillo Curi

“Estás como los frijoles,
al primer hervor se arrugan”
[refrán popular]

México es el segundo consumidor de refrescos por persona en el mundo; ha disminuido el consumo de frutas y verduras en un 30% en 14 años; ha reducido el consumo de frijol en aproximadamente 50% en 20 años y ha sustituido el consumo de cereales integrales por harinas refinadas.

¿Sabían ustedes que “se cree que la baja incidencia de cáncer de colon observada en algunos países de América Latina, en comparación con países desarrollados, es consecuencia del mayor consumo de frijol…”?

Con base en datos de la Unión Nacional de Productores de Frijol, las familias mexicanas han disminuido el consumo del frijol. En promedio, cada mexicano come 11 kilos al año, pues el precio de la leguminosa se ha súper incrementado, por lo que su consumo ha sido reemplazado por las sopas instantáneas y los frijoles enlatados listos sólo para calentarse, lo que implica un gran ahorro de tiempo en la cocción…

Desde el punto de vista nutricional el frijol es una fuente excelente de proteínas, minerales, carbohidratos y vitaminas, sobre todo por contener tiamina y ácido fólico, de vital importancia para las mujeres embarazadas.

Si bien es cierto que el descenso en su consumo, se atribuye al dinamismo de las mujeres, “a quienes no les alcanza” el tiempo para cocer el alimento; al gasto en el uso del gas doméstico, cuyo precio se encuentra “por las alturas” y a la proliferación de comidas rápidas, podemos crearnos algunas estrategias para consumir “los frijolitos recién hechecitos”:

Cocer los frijoles. Recomiendo cocinarlos en olla de presión o express porque se ahorra tiempo y gas.

Limpiar los frijoles, quitarles la basura y lavarlos. Déjenlos cocer durante 1 hora en la olla express. En caso de que no tengan olla express, recomiendo dejarlos en remojo toda la noche. Al día siguiente les tira esa agua, los vuelve a cubrir con agua y ya los deja cocerse aproximadamente de 2 a 2 ½ horas en olla normal.

Coloque aceite en una cacerola alta y caliéntelo. Agregue cebolla y chile seco cuando estén fritos añadan los frijoles, la sal y una rama de epazote. Comerlos caldosos.

Hervirlos todos los días, no necesitan estar en el refrigerador. Como vivimos en un clima semicálido, no es necesario que los frijoles se guarden en el refrigerador. En casa los tenemos listos todo el tiempo, los hervimos cada vez que los comemos.

Refreírlos cuando están sequitos. Después de 2 ó 3 días los frijoles se van secando. Entonces picamos cebolla finamente y la freímos con otro chile seco y echamos los frijoles que trituramos con un triturador manual o aplastamos con la misma cuchara.

Diferentes formas de comerlos. Los primeros 2 días desayunamos los frijoles caldosos. Les echamos queso fresco. Otro día los desayunamos caldosos con cebolla y cilantro picado. Siempre acompañados de tortillas y salsa. Después los comemos refritos en quesadillas o tortas o pambazos y muy rara ocasión sándwiches.

Otras ocasiones hago huevos tirados que son estos huevos fritos revueltos con los frijoles refritos. También hacemos enfrijoladas y cuando los niños se quedan con un antojito siempre están los frijoles listos para comerse…No se espanten si se sofocan (es decir, que si ya perdieron la costumbre de comerlos y les causan gases), el mejor remedio es seguirlos comiendo…

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