"Artículo único:
postergase toda emoción suntuaria
hasta cuarenta y ocho horas después de la victoria"
"El Cumpleaños de Juan Ángel"; Mario Benedetti
Por: Colectivo Tlacuaches Mojaos
Atenco, Edo. de Mexico [México], 3 y 4 de mayo de 2006. La televisión nos bombardea con la “noticia” de que unos agresivos y violentos macheteros están armando el desorden público, golpeando a indefensos policías, quemando y secuestrando automóviles; la televisión nos muestra a “los macheteros” como la peor calaña del país, desde los tiempos del mocha-orejas. Esa madrugada, la televisión celebra la “ejemplar” reprimenda que recibieron esos “alborotadores” a manos de tres mil quinientos policías federales y del Estado de México. Sin embargo, de tanto que la televisión dijo hasta desgarrarse las vestiduras, hubo otro tanto que se omitió…
La televisión no nos dijo por ejemplo, que esos “macheteros” fueron los mismos campesinos que en el año 2001 defendieron ejemplarmente sus tierras y la forma de vida campesina heredadas de sus abuelos y sobre las cuales el des-gobierno, del entonces presidente Vicente Fox, pretendía levantar el proyecto faraónico más importante y lucrativo de su sexenio: el aeropuerto internacional de la ciudad de México.
La televisión no explicó que los vecinos del pueblo de San Salvador Atenco fueron traicionados por el gobierno perredista del municipio de Texcoco, que días antes [en el marco del día de la “Santa Cruz”], les concedió un permiso para vender flores en el mercado municipal y al final se los prohibió. La televisión no nos dijo que fue el gobernador priísta Enrique Peña Nieto quien mandó a la policía de aquel Estado a desalojar a los vendedores; ni tampoco nos dijo que fue responsabilidad del panista Vicente Fox mandar a los tres mil quinientos policías a arrestar violentamente a cientos de vecinos de Atenco, dejando un saldo de dos muertos [Javier Cortés Santiago de 14 años de edad, quien recibió un disparo a quemarropa de uno de los policías; y Alexis Ollin Benhumea Hernández, joven estudiante de la facultad de Economía de la UNAM y activista de La Otra Campaña, quien recibiera un impacto de granada de gas lacrimógeno en el cráneo provocándole un severo traumatismo]. Así como varias mujeres violadas en manos de los policías.
Tiempo después la misma televisión difundió que Ignacio del Valle, líder de los macheteros, así como a sus “secuaces”, se les habían impuesto condenas de más de cien años por una serie de delitos que las corruptas autoridades judiciales les inventaron. Nunca se supo de condenas tan grandes para secuestradores, asesinos, narcotraficantes o delincuentes de cuello blanco.
Es de resaltar que desde el primer momento, la indignación y la solidaridad de cientos de ciudadanos, organizaciones y colectivos, en todo el país y en el mundo, por la libertad de los presos políticos de Atenco se hizo presente… Durante cuatro años se hizo tal ruido, se dijo tantas veces y de tantas formas que el rumor llegó a todos lados, y de muchas partes también vino la exigencia de libertad. Teniendo como primer punto de encuentro el plantón instalado en el penal de Santiaguito en Toluca Estado de México, en donde por casi tres años, amigos, familiares y gente solidaria convergió para exigir la libertad de los presos políticos de Atenco y en poco tiempo lograr la excarcelación de más de los 170 compañeros que fueron detenidos. Hasta que finalmente en 2008 sólo 12 quedaron recluidos con condenas que fueron apeladas una y otra vez. Los abogados demostraron reiteradamente la inocencia de éstas personas, denunciaron que el gobierno actuaba en forma facciosa al inculparlos. Finalmente, y después de más de cuatro años de lucha y de demandar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revisara el caso, el pasado 30 de junio de 2010 fueron declarados inocentes los últimos 12 compañeros presos, entre los que se encontraban Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo, recluidos en el penal de Máxima seguridad de La Palma.
La excarcelación de estos compañeros además de significar una victoria para el movimiento social mexicano, representa la prueba inobjetable de que el estado mexicano, a través de sus órganos de impartición de justicia, criminaliza y persigue la protesta social. El decreto de libertad inmediata para los presos políticos de Atenco significa que desde el gobierno se manipula el sistema de impartición de justicia, se persigue a quien no se mete al carril gubernamental, se castiga con cárcel y se le señala como delincuente al que hay que aislar y olvidar. Quizás la mayor vergüenza para el autodenominado gobierno de Felipe Calderón fue que 12 premios Nóbel del mundo le mandaran una carta exigiendo el esclarecimiento y la libertad del mismo número de presos por los hechos de San Salvador Atenco en 2006.
Finalmente el monstruo cedió, y los 12 ex-presos políticos están libres. Ellos no claudicaron y saben que el proyecto de construcción de otro país aún sigue en pie, es un compromiso y un deber. O en palabras de Ignacio del Valle, quien con voz tranquila y firme durante su primera entrevista, nuevamente libre; expreso: “La tierra no se vende! se ama y se defiende… Atenco vive! La lucha sigue!”
Importante también es que con su liberación no se cierra una de las páginas más negras de nuestro país: puesto que aún no se ha castigado a los responsables de las brutalidades, de las violaciones, de las encarcelaciones injustas. Pero como dicen los compas zapatistas: “…falta lo que falta”.
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