18 de marzo de 2015

JODER A MÉXICO

Ya para que el Papa Francisco diga que no desea la mexicanización de su natal Argentina, y que los propios obispos mexicanos le hayan enviado el mensaje de que en nuestro páis “la cosa está de terror”, eso ya nos da una idea más clara de dónde estamos parados como Nación.

No es frecuente que la jerarquía católica externe su postura sobre asuntos políticos relevantes y de actualidad, pero qué bueno que  ese sea otro de los termómetros que nos permita ver como sociedad, los riesgos de una mayor confrontación social y la urgencia de abrir válvulas para dar cause a la catarsis contenida durante décadas por tantos  agravios, corrupción e impunidad.

No nos referimos a la “oportnidad” que tendremos de elegir a  nuevos diuptados  federales, en junio próximo, pues en ese tema el juicio del Pueblo es muy claro  y no se equicova: cada tres años elegimos a nuestros propios verdugos... (más allá de las simpatías que pudieran despertar nuvos liderazgos y agrupaciones políticas).

La nuestra es una sociedad enferma e indefensa, de la que quieren seguirse aprovechando  empresarios rapaces, políticos huérfanos, legisladores convenencieros de todos los colores, partidos podridos, instituciones -como el INE- diseñanas para legitimar el control de la gente a como dé lugar, medios de comunicación arrodillados al dinero y al poder, cuya función es la de seducir, entretener, manipular y controlar a las masas, para mantener con vida al sistema...

Pero como  lo han dicho desde 1994 los hermanos zapatistas y ahora el obispo Raúl Vera López y demás compañeros de la Constituyente Ciudadana, el cambio que necesita México no se dará por decreto presidencial ni de arriba para abajo, sino desde abjo y con la gente, para darnos nuevas formas de representación, interlocución y gobernabilidad.

Si bien ese proceso no será fácil ni rápido, es el único camino que garantiza ese proceso de re-fundación del que tanto se habla, tanto en las organizaciones civiles, como en la academia, los movimientos socilaes y colectivos de la más diversa especie, que se extienden a lo largo y ancho de la república.

Casos como el de Ayotzinapa, representan otro 2 de octubre del 68 y apunta a  crimen de Estado; la faramalla de Enrique Peña nieto de quitar a Murillo Karam de la PGR y encerrar a La Tuta en la víspera de las campañas políticas, es película vieja que  ya conoce el Pueblo, con la que pretende desviar la atención de la comunidad nacional e internacinal.

Pronto se instrumentarán en los estados y municipios del país, cínicos actos anticipados de campaña para utilizar los programas sociales de ansuelo, donde funcionarios federales, gobernadores, alcaldes y legisladores del PRI, mostrarán en pasarela a sus cachorros, claro con cargo al erario, sobre todo ahora que el INE pasa su peor crisis de credibilidad e identidad.

Dicen los que  dicen que saben, que todo eso y más va a seguir pasando en México, pues el sistema político cuenta con  dos poderosos mecanismos de autocontrol,  que lo mantienen en pie un siglo después de su fundación: una maquinaria muy compleja pero muy bien aceitada y al menos unos 75 millones de pobres asociados a prácticas clientelares, de los que el PRI-Gobierno obtiene el llamado “voto corporativo” o “voto duro”.

Se refieren los académicos a ese amplio sector de la población que no ejercen control o fiscalización alguna sobre sus alcaldes, síndicos y regidores, ya no se diga a legisladores, gobernadores, senadores y diputados federales.

La “clase media” nada de a muertito y muchas organizaciones civiles se van estandarizando a la restauración del régimen autoritario, mientras haya recursos para sus proyectos.

No se ven nuevos  y frescos liderazgos, para el relevo generacional en el ámbito de la lucha popular y la muerte de una camada de brillantes escritores, poetas e intelectuales nos dejan nichos difíciles de llenar, en una hora muy canija para México.

En verdad, la cosa está de terror, como dicen los obispos; pero estará peor para nuestros jóvenes si pensamos que no nos toca alzar la voz o que la solución nos caerá del cielo...

No hay comentarios: