1 de diciembre de 2014

ESPEJOS


Dos parejas presidenciales están llamando la atención de México y el mundo, por sus excesos, agravios y delitos de la más diversa especie: la de los Abarca Pineda, de Iguala, Guerrero (PRD) y la de Los Pinos (PRI) que forman Enrique Peña Nieto y La Gaviota Angélica Rivera.

No son las únicas  y no serán las primeras  ni las últimas –cómo olvidar a Fox y Marta Sahagún (PAN)-, pero en este momento pueden servirnos de “espejo” para vernos en nuestra propia  realidad, para compararlas con  el desempeño y las conductas de nuestro gobernador y alcaldes.
En el caso de la pareja presidencial de Iguala, no solamente robaron sin medida ni contrapeso, sino que asociados a la delincuencia organizada imitaron a Porfirio Díaz al ordenarle a los policías municipales “Mátenlos en caliente”, como ocurrió con normalistas de Ayotzinapa, 43 de los cuales aún no aparecen…

Los negocios al amparo del poder, el ejercicio de los cargos para beneficiar a familiares, amigos y delincuentes, actos criminales contra sus opositores y represión hacia los movimientos sociales, fueron el sello de la casa presidencial de Iguala, más la corrupción e impunidad de que fueron cómplices regidores, servidores públicos y hasta medios de comunicación.
Se parece en algo la pareja presidencial de los Abarca-Pineda  a los alcaldes y sus esposas de  nuestros municipios de la región?

En otra dimensión de las cosas, la casa de 86 millones de pesos que se construyeron Peña Nieto y su esposa en menos de dos años de gobierno, los negocios multimillonarios  del presidente de la república mediante licitaciones amañadas para construir  el tren México-Querétaro y su reciente viaje a China - cuando el país es un polvorín por los normalistas desaparecidos-, habla de los excesos y la falta de sensibilidad en la pareja presidencial.

Millonarias pensiones a los ex presidentes de la república; cuentas bancarias de las esposas en el extranjero; propiedades  y fortuna hechos al amparo del poder, mediante presta-nombres; corrupción y simulación de los poderes Legislativo y Judicial, que no investigan ni castigan los excesos de los mandatarios; más los crímenes de Estado como los de 1968 y 1971, son apenas algunos de los patrones del comportamiento de la pareja presidencial de Los Pinos, sean del PRI o del PAN.

Llegaremos a ver a un presidente de la república tras las rejas, por los agravios que cometen contra la Nación?

Y qué podemos decir de los gobernadores de Veracruz y sus esposas, que no sean las mismas conductas y los mismos excesos, más allá del estilo personal de gobernar de cada mandatario:
escandalosas fortunas y negocios , viajes y promoción personal con cargo al erario, compra masiva de periodistas y medios de comunicación para uniformar todos los días las primeras planas de todos los medios impresos y los noticieros de radio y televisión, compra de votos mediante la entrega de migajas a los más pobres, también con cargo al erario o con recursos de procedencia ilícita, como ocurrió durante el periodo de Fidel Herrera Beltrán.

No menos graves ha sido el saqueo de recursos de la Tesorería General del Estado durante los sexenios de Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte y la opacidad con que se protegen, para que no nos demos cuenta cuánto nos han robado.

Es posible que nos quede muy lejos la figura de los presidentes de la república y de los gobernadores, con sus respectivas esposas, como para emprender una fiscalización constante y sistemática que haga contrapeso, de modo que se conduzcan con verdad y con decoro.

En cambio, es justo y necesario y perfectamente posible, poner bajo la lupa ciudadana a nuestros alcaldes y “primeras damas”, para que al llegar al poder no se vuelvan  soberbios, autoritarios  o delincuentes.

Los tenemos que  vigilar, para que las cosas no sean IGUAL_A otros lugares…

No hay comentarios: