Elfego Riveros
En los años 80's un grupo de locutores de la entonces llamada Radio Cultural Campesina visitaba las comunidades de la región y con grabadora en mano realizaba entrevistas con personas clave, para reconstruir la micro-historia de cada lugar.
Con equipos de grabación muy modestos y teniendo que invertir muchas horas de camino a pie y largas jornadas de trabajo de edición en cabina, el equipo de La Hora del Pueblo logró producir más de 1500 programas. Una serie que aún se conserva en cintas magnetofónicas de carrete abierto.
Rueda que rueda, la Hora del Pueblo…
Algunos de esos programas se dedicaron a comunidades que tienen como santo patrono a San José, como Monte Blanco, municipio de Teocelo, San José Tlapéxcatl, municipio de Cosautlán, San José Paso Nuevo, municipio de Xico y Barranca Grande, municipio de Ixhuacán de Los Reyes.
Del 5 al 10 de marzo de 1984 -hace 30 años-, se transmitieron los programas 166, 167, 168, 169 y 170 de esa serie radiofónica, en los cuales se dieron a conocer diversos aspectos de la vida de la comunidad de Monte Blanco y cómo se organizaban para festejar a San José.
Los señores Ramón Calte y Guadalupe Hernández explicaban que entre los días 10 y 17 de marzo se tenían que organizar por equipos para ir por la flor, hacer el arco, conseguir los cohetes y preparar la comida, de modo que los días 18 y 19 toda la comunidad se uniera en los festejos dentro y fuera del templo a su santo patrono.
En esa época el encargado del arco era don Lorenzo Guevara, de Llano Grande; don Guadalupe Hernández organizaba los fuegos artificiales, desde 1960, y se gastaban hasta 5 mil pesos en la compra de cohetes, aunque algunas personas de Monte Blanco también ponían “toritos” para el día principal.
Además de las carreras de caballos y el baile, durante los días de fiesta se organizaba una carrera de relevos desde Llano Grande, con antorchas.
El programa de La Hora del Pueblo permitía conocer además los problemas de cada comunidad y cómo se organizaba la gente para resolverlos.
Por ejemplo don Antonio Hernández explicaba hace 30 años que en Monte Blanco batallaron para tener agua potable en los domicilios. Primero intentaron subirla por bombeo del río Comalapa -haciendo una represa- con el apoyo del padre José Melgoza Osorio y el grupo “Los Amigos” de los EU, que consiguieron un pesado sistema hidráulico en Ferrocarriles Nacionales de México.
Ese sistema funcionó un tiempo pero después lo cambiaron a otro que operaba con electricidad; la comunidad se organizó para bajar la luz hasta el ras de un manantial y también les funcionó un tiempo, aunque no abastecía a toda la comunidad.
A veces se les quemaba la bomba y había problemas para ponerla a funcionar; hasta que el padre Melgoza tuvo que irse y les costó mucho trabajo ponerse de acuerdo y seguir solos; lo importante sin embargo, es que siempre hay la disposición de la comunidad ha colaborar con faenas y cooperaciones para resolver los problemas.
Nilo Hernández de Monte Blanco en entrevista reciente para Radio Teocelo. Foto: Alejandra Pozos |
En aquel programa de hace 30 años, los señores Nilo Hernández y Delfino Pedraza explicaban que la carretera a Monte Blanco se construyó en 1944 –hace 70 años- y que al principio era de terracería; se pavimentó en 1969 y sus promotores de la comunidad fueron, entre otros, don Inés Salazar, Lauro Mendoza, Ignacio Andrade, José Martínez, Andrés Mendoza, Damián Mendoza, Leonor Salazar, algunos de ellos ya fallecidos.
Explicaron también que cuando la carretera se hizo de terracería, la gente le entró “a pico y pala” y que primero se hizo el tramo de Teocelo a Tejerías y ya en el tiempo de Neomí Guzmán Lagunes se hizo de Tejerías a Llano Grande.
La señora Celina Mendoza contó hace 30 años que la Escuela Primaria Federal Vicente Guerrero se fundó en 1960 y en 1984 contaba con 400 alumnos y doña Mercedes Caballero explicaba que las mujeres de Monte Blanco participaban poco en la organización de la fiesta a San José, “pues los varones lo hacen todo”, además de que a pocas señoras les gusta integrarse a los comités, en general –dijo hace 30 años-, las mujeres participan poco en el desarrollo de la comunidad.
Camino a Limones…
Otros programas de La Hora del Pueblo de hace 30 años, se dedicaron a la comunidad de San José Tlapéxcatl, del municipio de Cosautlán, comunidad que se encuentra en una desviación de la carretera que va a Limones.
El equipo de la radio tenía que caminar 45 minutos entre la desviación de la carretera y la comunidad; ese camino lo hicieron con ayuda de la gente en 1970, según les contaron en marzo de 1984.
El pueblito tenía entonces apenas 96 casas dispersas y 48 familias; había capilla y escuela primaria unitaria, pero no contaban con luz, agua, tienda ni drenaje, tampoco dispensario médico.
Don Luis García, entrevistado hace 30 años, contó que en 1920 se organizó por primera vez la fiesta a San José, después de que el 3 de enero muchos lugares fueron devastados por el terremoto, mientras la gente dormía.
Explicó que ese día las campanas de la capilla de la comunidad sonaron y la gente se reunió para ver qué daños había sufrido el templo, sorprendiéndose de que todos los santos estaban tirados en el suelo, menos San José…
También narró durante la entrevista que en tiempos de la persecución religiosa, llegaba hasta San José Tlapéxcatl el padre Pepino a dar misa pero lo hacía disfrazándose de campesino; las celebraciones religiosas eran en casas particulares, no en la capilla. Y cuando había bautizos, el sacerdote extendía una especie de Fe de Bautizo en papel muy simple; ya entrada la noche, regresaba en mulo a Teocelo, saliendo por Xaliscuilo, alumbrándose con velas y candiles.
Otro de los entrevistados en esos programas, fue don Ramón, David Nava, José Muños y Antioco García, que se refirieron al tema del campo. Dijeron que la comunidad se dedicaba al cultivo del maíz, frijol y café; también sembraron caña un tiempo, pero al ver que no era rentable, la abandonaron.
Dijeron además cómo se organizaron para tener un molino de nixtamal en su comunidad, pues antes mandaban a los niños hasta Cosautlán para llevar sus cubetas y represar con la masa, hasta que consiguieron un préstamo para comprar su propio molino, que llegaron a operar como una pequeña cooperativa; y como no tenían luz en la comunidad, lo echaban andar con gasolina que trasladaban en bestias desde Cosautlán.
Sobre la falta de luz eléctrica, don Antonio Hernández dijo en el programa de radio que meter el servicio hasta San José Tlapéxcatl –unos 6 kilómetros-, les salía en casi un millón de pesos de aquel entonces, pero que cada familia sólo podía cooperar con unos 5 mil pesos y eso con muchas dificultades. En ese entonces, dijo, el alcalde no los quiso apoyar con el pretexto de que la mayoría de la comunidad simpatizaba con “el gallito” –Partido Demócrata Mexicano-.
El 11 de septiembre de 1982 la comunidad empezó las faenas para meter el agua desde Barranca Grande. La escuela contaba con apenas 25 alumnos y funcionaba de manera irregular, pues la maestra falta a sus clases.
María Luisa Tlapa García dijo en la entrevista que la comunidad no contaba con clínica de salud, por lo que en casos de emergencia se tenían que trasladar hasta Cosautlán, lo que suponía costo de traslado y pago de 100 pesos de consulta más el costo de los medicamentos; para cosas más sencillas, la comunidad se curaba con remedios caseros a base de yerbas medicinales. Para dar a luz las mujeres acudían a una partera de la comunidad. Nadie de la comunidad sabía inyectar ni conocía de primeros auxilios.
Las personas se alimentaban de frijol, tortillas y café y solo algunas tenían botes de leche Nido.
A veces las señoras recibían cursos y talleres sobre temas de salud, explicaba hace 30 años Isabel Tlapa García..
El 9 de julio de 1980 nace el grupo de AA “Si tú quieres, tú puedes” con nueve miembros, luego subió a 20 y al final se quedó con únicamente tres integrantes…
Tres santos patrones?
En mayo de ese año 1984, el equipo de La Hora del Pueblo también visitó la comunidad de San José Paso Nuevo, municipio de Xico, una comunidad ubicada entre pastizales y con apenas 10 casas y unos 40 habitantes.
Ahí se encontraron a don Enrique Hernández, sub agente municipal, quien por aquellos años buscaba los apoyos para la escuela de l comunidad y el camino, pues para ir a Xico se hacían tres horas a pie; y para llegar en “coche” se tenía que tomar la ruta por Xalapa, pasando Guadalupe Victoria y Tonalaco.
Esa comunidad se fundó con la gente que salió de El Aserradero, después de un incendio que ocurrió ahí; por eso el lugar también se conocía como “El Quemado”. Posteriormente un maestro que llegó a enseñarle a leer y escribir le puso el nombre de San José Paso Nuevo.
Desde entonces la comunidad pertenecía a la comunidad de Tlacuilolan. Se cultivaba frijol, maíz y papa y tenían cabras y ganado vacuno. Sus habitantes, por falta de camino, tenían que “bajar” tres horas hasta Xico para comprar el sábado sus mercancías y algunos llevaban quesos y madera para vender. Se sabe que la mayoría de los habitantes de San José Paso Nuevo tenía hasta dos hectáreas.
Cuando se les visitó nos contaron que se estaban organizando para meter el agua potable, el drenaje y poner su capilla. Aunque había escuela unitaria con 15 alumnos – Josefa Ortiz de Domínguez-, se encontraba en malas condiciones y el ayuntamiento no los apoyaba.
Una anécdota: don Justino Lozada les habló de su capilla, pero dijo que la patrona de la comunidad de San José Paso Nuevo no era San José sino la Santa Cruz y que por acuerdo de sus habitantes el festejo lo hacían el 15 de mayo, día de San Isidro Labrador…
Don Aristeo Morales dijo que el 5 de julio de 1983 empezaron la gestión con gobierno estatal y federal para el trazo del camino Tonalaco-Coxmatla-Oxtlapa-Ticuautipan y San José Paso Nuevo, por lo que cada uno de los 43 ejidatarios donó una hectárea y así lograr también la introducción de la energía eléctrica y el agua.
A pesar de todo viven junto al río Los Pescados
Ya en 1987, entre los días 31 de marzo y 4 de abril, el equipo de la radio visitó otras comunidades que tienen a San José como patrono, como por ejemplo Barranca Grande, municipio de Ixhuacán de Los Reyes y Cetlalpan, municipio de Ayahualulco.
Don José les contó que “en Barranca” había 80 habitantes, siendo muy unidos y organizados, participando en los comités de obra y logrando tener luz, agua, drenaje, escuela y tienda comunitaria.
En ese lugar, también el terremoto de 1920 casi desaparece el caserío, por el desbordamiento del río Los Pescado.
Aunque a Barranca Grande no entraban los autobuses por la ruta de El Mirador, por el pésimo camino, en días de la fiesta patronal llegaban carritos con elotes y hasta “hot-dogs”, además de puestos de “chacharas” e incluso juegos de albur, entrando por la Mohonera o por Amatla.
En esos años, la capilla estaba pintada de azul con amarillo, las casas eran de madera y techo de lámina y la gente se dedicaba al cultivo del café, maíz y frijol. Algunos a la pesca.
Sólo los visitan en tiempo de campañas
En Cetlalpan, los señores Agustín Salas y Pedro Vásque explicaron al equipo de la XEYT que su principal problema siempre fue lo retirado que está su comunidad de la cabecera municipal de Ayahualulco, por lo que sólo los visitaban en tiempo de campaña.
No contaban con un buen camino, no había Junta de Mejoras y las fiestas del pueblo las organizaba la Sociedad de Padres de Familia, para reunir fondos y lograr una escuela completa para la comunidad. Por aquellos años llevan ahorrados 70 mil pesos. A veces les apoyaba la Central Campesina Independiente, por ejemplo para gestionar el agua.
Cuando organizaban un baile, no contaban con el resguardo de la policía de Ayahualuclo, por lo que la misma directiva de los papás la tenían que hacer de vigilantes; ni modo de ir hasta la cabecera municipal pues el pasaje costa unos 1000 pesos y además nunca estaba el presidente en el palacio municipal…
Durante algunos años Cetlalpan fue ejido pero decayó, después la gente que vivía en esa comunidad no eran dueños de la tierra, muchos migraron y cuando se grabó el programa apenas quedaban 45 personas.
En una ocasión la Sociedad de Padres de Familia intentó hacer un gran baile, con grupo de mucho renombre, pero este no cumplió y nunca llegó a la comunidad, por lo que su directiva fue muy cuestionada, a pesar de que buscaban reunir fondos para mejorar la escuelita del lugar. En esa época la escuela unitaria y sólo llegaba hasta cuartop grado y si se quería terminar la primaria completa se tenía que viajar hasta Teocelo, por eso se esforzaban en tener su escuela completa.
En sus diferentes etapas, el programa La Hora del Pueblo tuvo como asesores al padre jesuíta Felipe Espinosa y Germán Martínez Aceves y como locutores y productores de la serie a Alejandra Guzmán, Gumaro García, Yareth Contreras, Mario Jorge García, Juan Humberto Cortés, Lupita Contreras, Rosa Olivia Pozos, Angel Alcántara, Adriana González y Dulce María Pozos, entre otros.
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