22 de agosto de 2013

DIALOGAR PARA GOBERNAR

Ahora que tenemos nuevos alcaldes  y ediles para el periodo de gobierno 2014-2017, hay que empezar a dialogar con ellos los asuntos que deben atender con  eficacia y eficiencia,  viendo por el interés colectivo, en vez de utilizar sus cargos como máquinas de hacer dinero para sus bolsillos.
Dentro de cinco meses,  alcaldes, síndicos y regidores llegarán a sus  oficinas en palacio municipal,  para la obligada entrega-recepción, de la que por cierto poco nos hablan las autoridades que entran y  salen.

 Los ciudadanos tenemos derecho a saber cómo se encuentran las arcas municipales entre el 31 de diciembre de 2013  y el primer día del 2014; qué presupuesto van a manejar en el primer año de su periodo de gobierno; qué sueldos van a percibir y cuántos empleados de confianza van a despedir o a contratar; quiénes serán las personas que ocuparan la Tesorería Municipal, la Secretaría del Ayuntamiento y cómo se van a seleccionar a  los directores de área o departamento; entre otros asuntos de interés público.

Ya no son tiempos en que los ayuntamientos se pueden mandar solos, pues hay que recordarles que los elegimos para gobernar pero escuchando al Pueblo, evitando tomar decisiones por capricho y menos con desplantes autoritarios que agravien a quienes les pagan sus sueldo, los ciudadanos.
Deben, además, quienes ganaron las elecciones el pasado 7 de julio, estructurar un Plan Municipal de Desarrollo realista, partiendo de las necesidades más sentidas por la población, así como los rezagos y carencias que impiden una vida digna para las familias y comunidades que integran cada municipio. En  vez de  pensar en hacer negocio con las constructoras, inflando presupuestos y simulando grandes avances en periodos tan cortos.

No nos interesa a los ciudadanos si el gobierno es rojo, verde, azul o amarillo, pues a la gente ya no se le engaña con un dulce o migajas, todos queremos gobiernos municipales eficientes, transparentes y democráticos que generen confianza  y  gobernabilidad.

De aquí a diciembre, los ciudadanos debemos pensar en convocar a las autoridades electas, para que en espacios públicos (foros, talleres, consultas) hablemos de los temas fundamentales para el desarrollo local, de modo que  gobernantes y gobernados asuman compromisos públicos y se definan las medidas de contingencia, si las cosas no mejoran en el corto y mediano plazo…

Para que los ciudadanos dejemos de pensar  que cada tres y cada seis años elegimos a nuestros propios verdugos, debemos  cambiar  las reglas e incluso invertir  los papeles en esa relación, pues una auténtica  democracia empieza por reconocer que nosotros mandamos y ellos obedecen.  
No hay que tener miedo o pena para exigirles a quienes nos gobiernan, servicios públicos de calidad, rendición de cuentas y  democracia para que los próximos cuatro años llevemos la fiesta en paz.  

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