17 de mayo de 2013

LA ESCUELA “LUIS G. FLORES” Y LA OBRA DE DON EFRAÍN LEAL


TOMADO DEL LIBRO “MIS RECUERDOS” ESCRITO POR EL PROFR. RAFAEL MARTÍNEZ MORALES DE IXHUACÁN DE LOS REYES. SE REPRODUCE A CONTINUACIÓN LAS PÁG. 35 y 36.

El funcionamiento de nuestra escuela en Ixhuacán tuvo muchas deficiencias porque los grupos que la formaban estuvieron separados por mucho tiempo, pues no se contaba con edificio escolar. Para atender los seis grupos hacíamos uso de diferentes locales, que algunas personas nos facilitaban bondadosamente sin cobrar un centavo.

Esa situación cambió gracias al señor Efraín Leal Velasco, quien asumió el cargo de presidente para trabajar a favor del municipio. Me consta que siendo agricultor abandonó sus cultivos y otros asuntos particulares para desempeñar su sabor como alcalde en bien de las comunidades, pues gracias a sus gestiones y constante actividad, consiguió para la cabecera municipal una telesecundaria de la cual el primer conductor y maestro fue el Profr. Elizánder Domínguez; seis aulas para la primaria; la electrificación y el entubamiento del agua; además de otras obras en las congregaciones.

Al principio los televisores de la escuela funcionaban con una palabra de luz, que él mismo atendía cuando no había otra persona que lo hiciera.

A partir del 21 de octubre de 1970, fecha en la que nos hicieron entrega de las aulas para la escuela primaria, pudimos organizarnos mejor: dirección, personal docente y alumnos.

En aquella época no se hacían las aportaciones económicas que actualmente hacen los gobiernos federal y estatal.

No obstante la pobreza de nuestro municipio, el señor Leal Velasco logró lo que se propuso.

Antes de esos logros, era penoso ver que solamente en la cabecera municipal existieran cinco templos religiosos, y que nadie se interesara por la construcción de una escuela.

Don Efraín llegó a la presidencia del municipio con una visión diferente, y gracias a su entrega y voluntad logró la realización de tan interesantes obras.

En mi opinión, merece nuestro reconocimiento y nuestra gratitud, pues dio al pueblo, no solamente la comodidad de contar dentro de nuestras casas con la obtención del agua y con sólo hacer presión sobre un interruptor, obtener la iluminación, sino además, dejó las bases para la superación cultural de las presentes y futuras generaciones.

Cuando aún tenía yo bajo mi responsabilidad la escuela “Luis G. Flores”, solicité poner el nombre de don Efraín a una de las aulas.

Mis superiores no se opusieron; pero su condición fue que deberíamos esperar hasta ver cuántas obras más sería capaz de realizar.

Creo que aun es tiempo de hacerle justicia, y auque no se encuentre ya entre nosotros, una prueba de nuestro reconocimiento podría ser que una de las calles de Ixhuacán llevara su nombre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En verdad que el hizo tanto por su amado pueblo... un ejemplo de ser humano!