De la Redacción/Comentario
Las vaquilladas en Teocelo se realizaban desde hace 16 años sobre la calle 5 de Mayo en agosto y desde hace 13 en Rubén Darío, en la última semana de enero. Ambas durante las fiestas patronales de la comunidad.
Años atrás, el evento tuvo el apoyo de los alcaldes Mario Alberto Pérez Galindo, Rogelio Martínez Olmos, Alejandro May Lovillo y Oscar Hernández de la Cruz. Durante todos esos años, el asunto lo decidían a capricho alcaldes y comités organizadores, a pesar de las implicaciones que el espectáculo ocasionaba, como el gasto del erario público de entre 40 y 80mil pesos, además de los elevados costos por brindar seguridad (protección civil, tránsito, policía, personal médico) y difusión del mismo. Jamás se enteró a los ciudadanos sobre el uso de recursos públicos y menos se les consultó sobre su realización, regulación o cancelación.
Este año, por primera vez, la actual administración municipal, que encabeza el Ing. Cristian Teczon Viccon, decidió emitir un acuerdo de cabildo, el pasado 10 de enero, mediante el cual, junto con la síndica Nely Angélica Zavaleta Martínez y la regidora Julieta Alcántara Vásquez, determinaron que ya no se destinará más dinero o seguridad para estos eventos, añadiendo que:
El H. Ayto de Teocelo, Ver, NO se hace responsable de la organización y desarrollo del evento denominado "vaquillada", por tal motivo toda la responsabilidad recae en el comité organizador, el cual deberá firmar un acta responsiva que debe contener: nombre, firma, domicilio y número telefónico de los integrantes de dicho comité. En caso de que el comité organizador se negase a firmar dicha acta, se cancelará de manera definitiva el evento.
En esta ocasión la vaquillada estaba programada para el 29 de enero, pero debido al acuerdo de cabildo los organizadores decidieron suspenderla.
Durante el programa Cabildo Abierto de la XEYT, el jueves 2 de febrero, personas de Teocelo y de Organizaciones Protectoras de Animales internacionales, nacionales, estatales y regionales, aplaudieron la decisión del ayuntamiento, por considerar que las vaquilladas fomentan la violencia hacia las personas y los animales, se suscitan peligrosas riñas callejeras, se desata la venta clandestina de alcohol, ocurren accidentes, caos vial, y la ciudad se convierte en una cantina y baño público, sin descartar los casos extremos como la muerte del señor Ciro Peralta, durante la primera vaquillada en el barrio de El Calvario, siendo paradójico que las mismas ocurran dentro de las fiestas religiosas.
Lo importante ahora será ver si la decisión deja de estar en manos de tres ediles y un comité organizador o habrá la oportunidad de que la ciudadanía sea tomada en cuenta, mediante una consulta pública, para colocarnos a la vanguardia en el uso de métodos más democráticos en la toma de decisiones de gran impacto, sin dejar a un lado el respeto a los animales y sobre todo la imagen y la seguridad de las personas de Teocelo.
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