Miguel Mora
Las fiestas de Teocelo dedicadas al Santo Entierro de Cristo se desarrollaron con tranquilidad y sin incidentes graves que lamentar. El orden que prevaleció durante las festividades fue posible por la impresionante presencia de militares, tanto de la Secretaría de la Defensa Nacional, como de la Secretaría de Marina. Los eventos más concurridos fueron: las ceremonias religiosas, el traslado del Arco Floral y el concurso de disfraces. Hubo también eventos deportivos, artísticos y culturales, así como los infaltables juegos mecánicos. Los comerciantes fueron colocados en las calles de Juárez y Morelos. Los asistentes a los festejos pudieron observar y adquirir una gran diversidad de mercancías propias de ferias. Los comerciantes por cierto comentaron que el precio por metro para sus puestos fue de $350.00 y que esperan un corte de caja con ingresos y egresos de esta fiesta.
Desde el viernes 27 por la tarde, al iniciarse las festividades, las personas mayores disfrutaron de un baile con Danzonera. Simultáneamente en el Atrio de la Parroquia se realizaba un encuentro de Danzas, con la participación de varios municipios como Xico, Naolinco y Teocelo entre otros. La velada del Arco en el Barrio del Calvario se llevó a cabo con tranquilidad. El sábado 28 el evento más destacado fue el traslado del Arco. Esta tradicional procesión multicolor que combina lo religioso con lo carnavalesco, cautiva a propios y a extraños. En esta ocasión los padrinos fueron Eduardo “Yayo” Hernández y Doña Emilia Anell. Dos personajes populares que gozan de gran simpatía en la comunidad. El traslado de la ofrenda floral sufrió considerable retrazo por varias causas. A decir de los asistentes: la misa y la bendición del Arco debieron ser más temprano; por otro lado un grupo de payasitas que hizo sus rutinas en la procesión, se detenían frecuentemente provocando que quienes cargaban la ofrenda floral no pudieran avanzar normalmente y el sobrepeso provocado por la lluvia sobre el Arco influyó también. Casi a las ocho de la noche concluyó esta ceremonia exitosamente, gracias a las previsiones que ahora hacen los grupos de Protección Civil. El concurso de disfraces resulta –como siempre- muy divertido por la gran diversidad de personajes y lo vistoso de sus atuendos. La vaquillada de la calle Rubén Darío no se realizó. El Ayuntamiento anunció previamente que se deslindaba de ese evento, que no habría apoyos y que los organizadores debían asumir toda la responsabilidad. Trascendió sin embargo que se realizaría para el domingo 5 de febrero.
Fue un acierto sin duda de las autoridades municipales, no suspender bailes y otros eventos, como lamentablemente ha ocurrido en otros municipios debido a la inseguridad. No ceder espacios públicos a la delincuencia es un logro muy importante de parte de Autoridades y Ciudadanía. Finalmente, de los resultados de los festejos ustedes –amigos lectores- tendrán sus opiniones. Esperamos que sus comentarios se expresen libremente en los programas de Cabildo Abierto y noticieros de XEYT, así como en este medio impreso.
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