1 de marzo de 2011

LAS BARRERAS ARQUITECTÓNICAS PARA LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Por: L.E.E. Irene Arcos 

La vida actual supondría muchísimas comodidades para el desarrollo del ser humano, pues cada día se inventan artefactos que vuelven las tareas cotidianas más simples y fáciles de ejecutar. Decimos que la modernidad “supondría” dichas comodidades porque no ocurre así en todos los casos. Para muchas personas, especialmente aquellas con alguna discapacidad, el acceso al mundo se ve obstaculizado y limitado.

La falta de movilidad es un problema muy grave que repercute en muchas facetas en la vida de las personas. Implica no poder desplazarse de un lugar o zona en particular, no poder visitar a familias o amigos, no ir al cine, no poder hacer la compra, no poder ir a la escuela, no poder salir a pasear. Las personas que necesitan silla de ruedas o bastones, precisan de unos espacios mínimos para poder maniobrar. Esto no implica obligatoriamente mayor superficie, sino una adecuada distribución, un mobiliario adaptado y práctico. Lo anterior nos lleva a considerar las barreras, aquellas trabas e impedimentos sociales, económicos o arquitectónicos que dificultan la integración total de las personas en la sociedad.

Entre las principales barreras arquitectónicas encontradas en la infraestructura y en los espacios públicos para las personas con discapacidad visual, auditiva, motora, las encontramos en: los parques, restaurantes, hospitales, colegios, centros comerciales entre otros. A continuación se presenta una clasificación:

1. Urbanísticas: son las que se encuentran en las vías y espacios públicos: ausencia de aceras, los bordillos en las aceras, impidiendo el paso de silla de ruedas, pasos a distinto nivel, obstáculos físicos en las aceras, parques y jardines sin rampas de acceso, calles sin semáforos sonoros en los pasos peatonales.

2. En el transporte: se encuentran en los diferentes medios de desplazamiento e incluyen tanto la imposibilidad de utilizar el autobús, sin rampas, barandales, puertas para el libre acceso, como las dificultades para el uso de un vehículo propio.

3. En los edificios: están en el interior o en los accesos, de las escuelas, restaurantes, centros comerciales, bancos, sanitarios, servicios públicos con escalones en vez de rampas, pasillos y puertas estrechas, servicios de pequeñas dimensiones.

Es preciso dejar de ver la discapacidad como un problema personal, para pasar a ser un hecho que afecta a la sociedad en su conjunto. Y hay que pasar también de la situación actual, en la que se permite eliminar las barreras arquitectónicas, bajo determinadas circunstancias, a exigir su eliminación obligatoria.

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