CADA DÍA SE LEEN MENOS PERIÓDICOS IMPRESOS

Por: Miguel Ángel Quijada

Nunca como ahora habíamos tenido tantos periódicos y revistas, nunca tantos noticiarios en radio y televisión. El repunte en la industria editorial ha sido asombroso a partir del anterior sexenio, al igual que la muerte de periodistas que no se dejan comprar; decía el dramaturgo Arthur Miller (1961): “Supongo que un buen periódico es una nación que se habla y comunica a sí misma”.

En su mejor momento, los periódicos y revistas cuestionaban a gobernantes y gobierno, a empresas y empresarios. El negocio de vender palabras a los lectores y vender lectores a los publicistas se está acabando.

Ya se fijó usted, que el periódico La Jornada bajó tres pesitos a su precio normal! Y me pregunto ¿están las agencias noticiosas actualmente a la altura de la tarea de sostener la voz de la ciudadanía de la cual depende la democracia?

La utilidad de la prensa escrita, radio y televisión debe ir más allá de realitis show y telenovelas, los diarios no deben abusar de su nota roja, faltan más páginas y suplementos culturales como hace 30 años, hacen falta más comunicadores como Carmen Aristegui, más estaciones como Radio Teocelo, la cual debería tener una señal más amplia. Por mi parte propongo y pongo varias obras de arte para subastar y mejorara su señal y su infraestructura, ¿quién más se anima? pues la burbuja informativa, la especulación periodística está a punto de explotar por falta de lectores y no es como en otros países por la irrupción de internet, sino más bien por la falta de credibilidad de los medios. La información ya no es un bien social, violenta el desarrollo social y el derecho a la información al tratar de imponer la dictadura del boletín de gobierno en turno. Esto está acabando con el negocio de vender papel, que por cierto sus tintas manchan las manos pues son de baja calidad ¿ya lo notó usted?

¿Por qué se permiten tantos anuncios ofreciendo servicios sexuales? por eso urge verdaderas clases de educación sexual que deberían impartirse en todas las escuelas, pues en algunos hogares los padres tienen miedo de hablar de sexualidad con sus hijos.

¿Y usted qué piensa?