texto y foto Bety Mora
Don Facundo tiene 29 años como carpintero. Nos comparte su historia de vida: “Soy de Tecautipan, arriba de Xico. En mi niñez, crecí con mi padre pues mi mamá murió cuando tenía 2 años. Nunca estudié nada, ni cursos, ni tuve maestros ni nada, trabajé en los campos, labrando la tierra, labrando maderas, tumbando árboles y cuidando animales. No quise seguir viviendo en mi rancho y me acerqué al pueblo de San Marcos para poder aprender un oficio, porque allá sembraba maíz y frijol. Me vine desde 1980, año en que también empecé en la carpintería y a tejer mimbre.
Al principio, hacía ajustes para caballos, luego carrocerías, después me pidieron una puerta, una ventana, una cama y así me seguí. Nadie me enseñó, he aprendido con la práctica de manera muy rústica, viendo muebles y copiándolos. Ahora fabrico puertas, ventanas, camas, roperos, closets, sillas, sillones, comedores, repisas, armarios, alacenas, cómodas, mesas y más cosas. En mi maderería me los piden y aquí los recogen, se los llevan para varias partes. La pieza que más me piden son las puertas. Lo más que me tardo haciéndolas es una semana, lo menos, 2 días.
Mis tres hijos aprendieron tanto la carpintería como a tejer el mimbre. El más chico también se dedica al oficio pero está independiente de mí, aunque trabajamos en el mismo local cada quien tiene sus clientes. La madera la consigo en las madererías, ocupo: pino, cedro, caoba, nogal, gravilea, piocho, eucalipto, ciprés, oyamel, encino, cacalotote, pino blanco y rojo. Para hacer un mueble, primero me lo imagino y sigo las indicaciones del cliente, tengo muestrarios y eso me guía.
También trabajo el mimbre, lo tejo. Me ha sido difícil conseguirlo porque es caro, no lo piden muy seguidos por el precio. Lo consigo en México, es natural, bejuco, también pongo el bejuquillo de plástico y es el que más se trabaja y consume por barato y porque dura mucho, hasta 15 ó 20 años, además es lavable y queda como nuevo. Es muy cansado y aburrido el tejido, empiezo a las 6am y termino a las 6pm, por 2 días, tengo que estar en la misma posición, es tan cansado que tengo que salir a caminar y despejarme.
Nunca falta trabajo, pues aunque el tejido de mimbre lo piden poco, el de carpintería nunca falta. Trabajo todos los días, de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Tengo clientes de Cosautlán, Teocelo, Xalapa, Coatepec, Mahuixtlan, Xico, San Marcos y México. Utilizó una cierra circular, el cepillo de labrar, la canteadora, el trompo, el torno, el rauter, la pulidora y la caladora. En dos ocasiones me he cortado los dedos, hay que tener precaución al trabajar la madera, con un poquito que se mueva te puedes cortar. Todo el año hay trabajo pero sobre todo en diciembre, por los aguinaldos.
Disfruto mucho mi trabajo, aunque me hubiera gustado tener más conocimientos o aprender más de mi oficio. Sin embargo, tengo vocación y eso es lo que hace falta. A veces los carpinteros tenemos mala fama por no entregar a tiempo el trabajo, por eso hay que manejar el dinero del cliente con responsabilidad y precaución. También se debe preguntar a fondo qué quieren y cómo lo quieren, para que no haya problemas y malos entendidos”.
Si usted está interesado o interesada en contratar los servicios de don Facundo, puede localizarlo en la calle Francisco Sarabia No. 97 en San Marcos de León. Le agradecemos la entrevista y reconocemos su esfuerzo y perseverancia.
Al principio, hacía ajustes para caballos, luego carrocerías, después me pidieron una puerta, una ventana, una cama y así me seguí. Nadie me enseñó, he aprendido con la práctica de manera muy rústica, viendo muebles y copiándolos. Ahora fabrico puertas, ventanas, camas, roperos, closets, sillas, sillones, comedores, repisas, armarios, alacenas, cómodas, mesas y más cosas. En mi maderería me los piden y aquí los recogen, se los llevan para varias partes. La pieza que más me piden son las puertas. Lo más que me tardo haciéndolas es una semana, lo menos, 2 días.
Mis tres hijos aprendieron tanto la carpintería como a tejer el mimbre. El más chico también se dedica al oficio pero está independiente de mí, aunque trabajamos en el mismo local cada quien tiene sus clientes. La madera la consigo en las madererías, ocupo: pino, cedro, caoba, nogal, gravilea, piocho, eucalipto, ciprés, oyamel, encino, cacalotote, pino blanco y rojo. Para hacer un mueble, primero me lo imagino y sigo las indicaciones del cliente, tengo muestrarios y eso me guía.
También trabajo el mimbre, lo tejo. Me ha sido difícil conseguirlo porque es caro, no lo piden muy seguidos por el precio. Lo consigo en México, es natural, bejuco, también pongo el bejuquillo de plástico y es el que más se trabaja y consume por barato y porque dura mucho, hasta 15 ó 20 años, además es lavable y queda como nuevo. Es muy cansado y aburrido el tejido, empiezo a las 6am y termino a las 6pm, por 2 días, tengo que estar en la misma posición, es tan cansado que tengo que salir a caminar y despejarme.
Nunca falta trabajo, pues aunque el tejido de mimbre lo piden poco, el de carpintería nunca falta. Trabajo todos los días, de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Tengo clientes de Cosautlán, Teocelo, Xalapa, Coatepec, Mahuixtlan, Xico, San Marcos y México. Utilizó una cierra circular, el cepillo de labrar, la canteadora, el trompo, el torno, el rauter, la pulidora y la caladora. En dos ocasiones me he cortado los dedos, hay que tener precaución al trabajar la madera, con un poquito que se mueva te puedes cortar. Todo el año hay trabajo pero sobre todo en diciembre, por los aguinaldos.
Disfruto mucho mi trabajo, aunque me hubiera gustado tener más conocimientos o aprender más de mi oficio. Sin embargo, tengo vocación y eso es lo que hace falta. A veces los carpinteros tenemos mala fama por no entregar a tiempo el trabajo, por eso hay que manejar el dinero del cliente con responsabilidad y precaución. También se debe preguntar a fondo qué quieren y cómo lo quieren, para que no haya problemas y malos entendidos”.
Si usted está interesado o interesada en contratar los servicios de don Facundo, puede localizarlo en la calle Francisco Sarabia No. 97 en San Marcos de León. Le agradecemos la entrevista y reconocemos su esfuerzo y perseverancia.
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