Redacción
Los escritores Ernesto Cardenal (Nicaragüense) y Eduardo Galeano (Uruguayo) en su visita reciente a Xalapa para recibir el Doctorado Honoris Causa compartieron su palabra con Radio Teocelo.
¿Cómo puede haber libertad de información cuando la comunicación de todo el mundo está en manos de 9 trnasnacionales? No la hay, la aparente realidad se reduce a esos nueve modos de ver el mundo que deciden lo que todos nosotros tenemos que escuchar, ver y conocer. Aunque el número de medios comunitarios ha crecido éstos siguen enfrentando los obstáculos que los gobiernos les ponen para que salgan del aire. Un medio comunitario tiene otro modo de contar las cosas; a través de la comunidad. Eduardo Galeano alienta a los medios comunitarios a seguir en la lucha y ser lo más subjetivos que puedan porque “la verdad es subjetiva, como la mirada humana”, quien habla de objetividad en la comunicación miente; el ser humano no se puede separar de su pensamiento y sus sentimientos, no somos objetos inertes e inmutables, nos involucramos unos con otros, nos pasan cosas, somos mortales y vaya que las guerras han demostrado cuánto, la guerra donde nos damos cuenta que aquellos que predican la objetividad no le dan la misma cobertura al pueblo invadido que al invasor.
Un medio comunitario debe fortalecer las raíces de los pueblos y la labor es cada vez más difícil cuando se entrometen los intereses de los poderosos porque para ellos todo es vendible, hasta la tierra, aunque no la trabajen. Plantas de valor histórico y sagradas como el maíz, consumido en toda Latinoamérica, la libertad de comercio (otra gran mentira que cambia constantemente de nombre) lo está volviendo transgénico, extinguiendo así la diversidad del grano y trastocando la cultura de los pueblos que lo cultivan, atentando contra su soberanía alimentaria. Y muchos se preguntarán como Galeano, si el transgénico supuestamente es inofensivo ¿porqué las empresas que los fabrican no ponen en la etiqueta de sus envases que se trata de un transgénico? “Hay que sospechar de ello” y de los malos cuentos que solo cantan maravillas para adormecer.
Y qué pasará con esas familias campesinas que viven del grano de maíz o de algún otro producto? que nos regala la tierra, la crisis aprieta el cuello, “te rompe los ojos”, te apuñala por la espalda. Tienen razón Cardenal y Galeano al afirmar que la crisis es producto del capitalismo, este sistema vertical, imponente y violento en donde todos corremos con la misma suerte ganen o pierdan los de arriba, nosotros seguimos sosteniendo esta pesada pirámide. El capitalismo (neoliberalismo) evidencia a cada parpadeo la capacidad explotadora del que se dice ser humano contra su propio hermano.
¿Y cómo podríamos cambiar las cosas? Ernesto Cardenal reasalta la importancia de movimientos revolucionarios como el de Bolivia y Cuba. El Zapatismo en Chiapas es otro ejemplo de lucha, que no se mide en triunfos y derrotas sino en el aporte que el movimiento ha tenido para “la reivindicación y dignificación de los pueblos indígenas”. Construido por y para la gente común el zapatismo dice hay que mandar obedeciendo; la palabra, tu palabra, nuestra palabra todas las voces son escuchadas.
No hay que perder la memoria en estos tiempos tan adversos es importante “guardar el verdadero nombre de cada cosa” (Salvador Espriu), cuando el sistema lo que toca lo destruye, lo pone de cabeza; lo que nos queda es luchar por la dignidad humana, es lo que nos queda y lo más valioso en una persona, la dignidad tan sencilla y nutritiva como un grano de maíz.
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