18 de agosto de 2008

Gildardo Chimal, Danzante Tradicional


Por: Beatriz Mora

Hace aproximadamente 3 años, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Don Gildardo Chimal, quien tenía 85 años de edad, y fue una de las primeras personas que colaboraron en la elaboración de los arcos florales para las fiestas patronales y en las danzas tradicionales de Teocelo.

Es una gran oportunidad poder rescatar su testimonio, para conocer a una de las personas que le dieron vida a las fiestas patronales de nuestra ciudad. Algo de lo que nos contó fue lo siguiente:

“Antes, se hacía el arco gracias a personas que trabajaban voluntariamente, que iban a traer al monte los palos, bejucos, tenchos y carrizos. Se ocupaban 10 personas para elaborarlo, trabajábamos toda la semana, yo nada más iba a ayudar a ratos, por las tardes, cuando llegaba del trabajo. Me enseñó don Guillermo Gómez, que en aquel entonces era el que dirigía los arcos, ya después me interesé por hacerlos junto con Teodoro Martínez. Para dirigir hay que tener mucha calma, mandar con mucha paciencia, no regañarlos, indicar qué hacer pero con cariño para que así mismo le ayuden a uno, en esa época no se pagaba, solamente era voluntario y nadie daba de comer, ahora si nos les pagan no quieren ayudar. El que dirigía también hacía el diseño. Lo de los arcos empezó hace aproximadamente 70 años, cuando yo tenía 15 años de edad.

Tres años dirigí, pero estuve como diez años participando. También le enseñamos a varios muchachos, como a José Mora, que después de nosotros él fue el encargado. Ahora, muchas veces no hay gente en el Calvario que ayude porque se van a los otros barrios a hacer los arcos.

Los jóvenes por andar en la embriaguez ya no ayudan, también por eso de las danzas ya no se oye nada.

Participé en la danza de Los Negros tres años, se ocupaba un calzoncillo rojo puesto hasta la rodilla y una chaquetita para cubrir la espalda y un sombrero como bonete con plumas y espejos. Bailé con ellos cuando tenía como 11 años, antes de participar en los arcos.

Después estuve en la danza de Los Moros, como cuatro años. Ahí se ocupaban nada más dos bandas y un sombrero de papel y dos espejos. Bailé de capitán, y recuerdo que se versaba:

Ese compa mis hijitos, una vuelta para allá y otra vuelta para acá, bien zapateadito mis hijitos, y la muchachada hacía: ¡ehhhhhhh!.


En seguida que terminé esa danza, cuando estaba de presidente municipal don Gabriel García me mandó a traer al palacio, porque quería que formara una danza de Toriteros. Me pidió que me tomara la medida del primer traje y que buscara la cuadrilla. La cuadrilla fue de 24 muchachos y los músicos, que eran una jarana y un violín, y uno que salía de torito. Esa danza fue muy famosa y se decían muchos versos, que yo sabía porque me los enseñó un muchacho de Las Lomas, me los aprendí de memoria y se los enseñé a los muchachos. En la daza se nombra el caporal y el mayoral, yo era caporal y el mayoral era Ángel Mora, yo lo mandaba a él.

Algunos de los versos decían así:

Que les parece compañeros, los muchachos contestan: lindamente señor caporal.
Pues Señora o señorita, ustedes dispensarán, los gritos que vamos a dar más altos que la torre del Brasil, de ahí traemos este ganado valiente y ahora vamos a pegar de gritos para que se arrime la gente y mañana a las doce del día cuando estén oyendo la misa, todos en concurrencia se van a morir de risa y nosotros que venimos a visitar a nuestra madre santísima la virgen de la Asunción.
Que les parece compañeritos. Responden: lindamente señor caporal.
Yo vengo zapateando con espuelas y botines y vengo preguntando por los ranchos y jardines, a la virgen soberana, traigo mi cordón de lana para agarrar y amansar este torito puntal.
Que les parece compañeros, los muchachos contestan: lindamente señor caporal.

Cuando salía el toro pasan 2 muchachos, uno de cada lado y le dice al que toreo:

Alabado Cristo Dios Padre, señor compañero no lo lastimó a usted el toro.
No, nada más me ataranto.
Y por qué no lo mató.
No, ni lo quiera Dios.
Si lo hubiera matado a quién mandaba a trabajar, para flojos y rezongones ahí está toda la cuadrilla.

Ahorita recuerdo como unos 20 versos, pero son como 60. Con esa danza fuimos a varios lugares, como Xico y Monte Blanco, no cobrábamos por ir, sólo nos daban de comer. Necesitábamos un payaso en la danza para cuidar a los de la cuadrilla y que no se metieran los chamacos. Aprendí a danzar viendo a los muchachos de Xico que venían y nos enseñaban el zapateado.

Fue la última danza en la que participé. Estuve como 4 años. Tenía 30 años en aquel entonces. Participé como 20 años en las danzas.

Conocí también la danza de Los Santiagos, que se formaba de 6 chamacos, con calzoncillos, cascabeles, un tamborcito y una flauta. Esa sólo la vi, no participe.

Más recientemente saqué una danza de chamacos pero más gastaron en la ropita que era cara por la lentejuela que lo que aguantaron danzando. Nada más bailaron en el alba, en la bajada ya no quisieron porque ya se habían cansado.

Antes, en la fiesta patronal se juntaban hasta 6 danzas en la bajada del arco, con los de Xico y los de aquí. Había mucha gente. Ahora ya no hay unión, ni músicos. Ya todo se esta terminando, hay mucho alcoholismo y por eso ya no participan y si no se les paga menos”.

Recordamos con nostalgia y reconocemos la labor de don Gildardo Chimal, como un personaje popular de Teocelo, y aunque ya no está con nosotros seguramente estará muy contento por el rescate de la tradicional danza de Los Toriteros, de la cual él fue fundador. Este rescate se hace gracias a la coordinación de Norma Vícon. Usted podrá apreciarla en la fiesta patronal de Teocelo en honor a la Virgen de la Asunción.

No hay comentarios: