Francisco J. Cid
[Corresponsal de Altavoz en Nueva York]
Las cosas más sencillas de la vida pueden realmente ser lo más valioso e increíble que le pueden pasar a uno. Hoy día, Agosto 26 de 2012 me levanté, hice un poco de ejercicio y decidí cumplir la invitación que hice a un señor que conocí por medio de otro señor, con su familia en un partido de beisbol. Están de visita, así que nos pusimos de acuerdo y asistimos al partido, el juego de Astros de Houston contra los Mets de New York, un buen juego con los lanzadores dominando a los bateadores y pocas emociones hasta la baja de la cuarta entrada, cuando el que más tarde sería el héroe del juego (Ike Davis) pone la bola de jonrón en el segundo piso del estadio a 420 pies de distancia, un poco más de 128 metros hasta donde alcanzó a mandar ese cuadrangular. De ahí de nuevo los lanzadores dominaron hasta la parte alta de la novena entrada donde los Astros ponen a un hombre en segunda base y después de eso logran un batazo al jardín izquierdo donde el jugador de los Mets no logra capturarla. Desde donde veíamos el partido, 3er piso fila 8, entre la primera y el diamante nos pareció que le dio miedo golpearse con la barda. Después de ver la jugada en repetición, fue que calculó mal. Esto es de esperarse pues el joven recién fue ascendido de la sucursal 3A donde jugaba hasta el viernes pasado. Se empata el juego, y de nuevo hombre en segunda base, los Astros amenazaban, viene un batazo entre el tercera base y el parador en corto que no logra cortar y se va la bola hasta el jardín izquierdo, donde el mismo jugador novato la toma y con gran tiro combinado con un excelente bloqueo del diamante por parte de cátcher evitan que los Astros anoten su segunda carrera. Con este gran tiro Lucas Duda, se reivindica de su mala jugada anterior y los Mets a batear. Debo decir que lo que para el Sr. Bernardo y para mi resultaba emocionante, a mi hija y sus nietas les puso la cara larga, pues les explicamos que con esas jugadas era posible que el juego se extendiera más tiempo. Después de poco más de dos horas de juego, les pareció tedioso por la cara que pusieron, a lo cual a manera de broma les digo: “no se preocupen, ahora los Mets meten otro jonrón y se acaba el juego”. Lo que sólo lo dije como broma sería el broche de oro para el final del juego, y es que con 1 “out” en la pizarra, viene a batear Ike Davis y con 2 bolas en su cuenta logra conectar un lanzamiento bajo al jardín derecho, el cual dramáticamente logra cruzar la barda que divide al campo a pesar del esfuerzo del jugador de los Astros, y la locura en el estadio, pues los Mets logran un gran triunfo. Un gran final, para mí casi de final de película, es de esos momentos que recordaré por mucho tiempo.
Después de celebrar los directivos del equipo de los Mets, en agradecimiento a sus fanáticos les permitieron correr en el campo de beisbol (Menores de edad hasta los 12 años, se les permite ingresar al campo y correr las bases. Esa experiencia la viví hace muchos años con mis hijos pequeños, por lo malo que salí para el beisbol, es a lo máximo que pude aspirar y eso con ayuda, pues lleve a los niños de la mano y me colé).
Finalmente, el día se cerró con otra buena sensación, ¿Se puede pedir más?; caminamos al parque cercano al estadio El Parque de Flushing, el cual cuenta con un lago a donde habitan patos silvestres, en medio de la ciudad, lo cual me gusta mucho; casi al final del recorrido llegamos a la entrada del Estadio “Arthur Ashe”, donde se lleva a cabo el Abierto de los Estados Unidos de Tenis y digo que fue agradable, pues encontré que en medio del jardín rodeado de flores estaba una mata de plátano como adorno central; algo que tenemos en Teocelo tan a la mano y que estoy seguro muy poca gente lo ve con los ojos que otras personas a esta planta, y rodeada de flores, muy bella escena.
Algo bueno fue ver que los productores de aguacate mexicano se están moviendo y dando a conocer el producto, con muestras gratis de guacamole, para mi gusto dulce, claro que le faltaba su jalapeño para darle sabor.
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