16 de julio de 2010

EDITORIAL

¿VOTO ÚTIL, VOTO DE CASTIGO, VOTO DIFERENCIADO, VOTO DURO, VOTO NULO?

Si bien aún está por verse el resultado definitivo de las elecciones en Veracruz, aunque todos sabemos que ganó el abstencionismo, al menos en el Distrito Coatepec se tiene la certeza de que Javier Duarte perdió la de Gobernador, Roberto Pérez ganó apuradamente la de Diputado y que de las diez alcaldías del distrito una será para el PRD, 5 para el PAN y 4 para el PRI.
Detrás de estos resultados habría un verdadero galimatías, que no acaba de explicarnos cómo los íconos de la cultura priísta –el acarreo, la compra de votos, los carruseles, el ejército de mapaches, el carro completo y demás parafernalia Fiel-, fracasaron pero no por la incursión de partidos o candidatos fuertes y confiables, sino ante la catarsis de una ciudadanía que ya está harta de excesos, raterías e ineficiencia de servidores públicos de todos los partidos.
Por eso, apenas 4 ó 5 de cada 10 electores salieron el domingo a manifestarse ante las urnas: algunos ejercieron el llamado “voto útil”, que como en el año 2000 buscó sacar de los puestos públicos a malos servidores públicos o partidos, que abusaron del erario público y se la pasaron haciendo negocios y fortuna al amparo del poder.
Fue el caso de Cosautlán, donde los ciudadanos se echaron a los brazos del candidato del PRI, ante la pantomima de gobierno que encabezó Sergio Cortés Guzmán. Es muy pronto todavía para asegurar que Rafael Martínez hará un mejor papel que el actual alcalde panista, pues dependerá de su conducta y desempeño que la ciudadanía calificará al joven edil, a partir de enero próximo. Vamos a ver si el edil rechaza o se deja imponer tesorero municipal, como se acostumbra en las comunas priístas.
En Teocelo, otro joven ganó la contienda, gracias al “voto de castigo” que priístas agraviados le transfirieron al PRD, por los actos deshonestos y escasos resultados de Oscar Hernández de la Cruz y la imposición del candidato del PRI, Raúl Olmos Gómez.
Cristian Teczon no milita en el partido del Sol Azteca y está por verse si podrá gobernar a un municipio que ya no ve colores o partidos, sino baches, agua con lodo, inseguridad y ratas de dos patas que entran y salen del palacio municipal, y que con cinismo y soberbia se ríen del pueblo.
Xico será también una especie de laboratorio, donde se probará la eficacia del “voto diferenciado” con el que electores agraviados llevarán a un neo-panista a la presidencia municipal, Luis Alberto Pozos Guzmán, quien desde hace unos seis años venía sosteniendo ruidosos desencuentros con el PRI.
Tal vez por eso, a mediados de junio, priístas encabezados por el propio gobernador Fidel Herrera Beltrán, el alcalde Rogelio Soto Suárez y Antonio Morales Hernández, candidato del PRI, se reunieron para comer en privado en el Rancho San Bartolo –mencionado como el lugar del narcobautiso en 2002-, para afinar la estrategia política que estaría dirigida a impedir el triunfo del PAN en Xico. La encerrona terminó con una corrida de toros también privada y ruidosa borrachera, avanzada la tarde, de la que existen un par de videos.
Aunque se reconoce a Pozos Guzmán el mérito de haber desplumado al gallito priísta, se esperaría que al final de su trienio Güicho corte rabo y oreja y evite indultar a servidores públicos ratones.
En cambio en Coatepec, ni los propios priístas votaron por Julio Hernández. Ahí el “voto duro” del PAN, que no es el de la crema y nata del panismo coatepecano, sino el de militantes y simpatizantes de a pie –y un sector de electores indecisos hasta los días previos a la elección-, llevaron al triunfo a Manolo Sánchez, ese sí auténtico militante del partido blanquiazul.
Mucho tuvo que ver en la derrota del PRI el desempeño del alcalde Joaquín Ramírez Cabañas Contreras, que además de derrochar más de 2 millones de pesos en medios de comunicación-según que para maquillar su imagen y ocultar errores y horrores de su administración-, debe explicarle a los contribuyentes del Pueblo Mágico, a cambio de qué le autorizó a su tesorero municipal la entrega de unos 200 mil pesos –en partidas de hasta 50 mil pesos- a los regidores priístas Clemente Marcos Domínguez de la Cerna y Alberto Hernández Quiroz e igual número de partidas pero por 25 mil pesos a Jorge Valdivia García, éste último de Convergencia, a quien se le conoce ya como el Regidor de Cobre, según grabaciones difundidas por la propia gente de Cabañas.
En Ixhuacán, ni con bola de cristal se podría adivinar qué va a pasar con el “voto empanizado”, que llevará a la presidencia municipal al perredista Joaquín Eva Colorado, postulado esta vez por la familia de Paco y Alvaro Soto Matla, priístas hasta hace unos años en ese pueblo antiguo.
Igual que en otros municipios del distrito, en Ixhuacán de Los Reyes se impuso la indignación de la gente del pueblo, que con rabia e impotencia vieron cómo los gobernó José Luis Vargas González, cachorro inexperto pero con mañas, y cómo su municipio sigue en el atraso y la marginación. A eso, la gente dijo ya basta, recurriendo a una fórmula muy singular, de la que habrá que ver si no salió más caro el remedio que la enfermedad.
En medio de todo esto, no debe pasarse por alto que el llamado “voto nulo” también se expresó en las elecciones del 4 de julio y al parecer llegó para quedarse. Falta ver, sin embargo, quién, cómo, cuándo y para qué se puede invocar el potencial de esa otra forma de hacer política. Al tiempo.

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