Claudia Gallardo
Los arcos florales son parte de una tradición muy relacionada con los festejos católicos de los pueblos. Se piensa que sus raíces pueden estar en rituales antiguos de los pueblos huastecos y totonacos. Actualmente su uso va en aumento y podemos ver la construcción de decenas de ellos durante el transcurso del año en pueblos cercanos.
Los arcos se construyen con una variedad de plantas de la región, se usan troncos de árboles, hojas de la cucharilla o sotol, flores y hojas de tenchos o suchiles, tallos de parras o cayuyo, carrizo y pita.
Los tenchos o suchiles, son plantas muy particulares porque viven sobre los árboles (se les conoce como plantas epifitas), y crecen agarradas por sus raíces a las ramas y troncos de los árboles. Sus hojas crecen en forma de rosetas (como la corona de la piña) y forman eficientes “tanques de captación de agua”. Cuando florecen suelen ser muy vistosas porque las brácteas que acompañan a las flores adquieren colores rojos o morados muy brillantes. Se han contado hasta ocho tipos distintos de tenchos en la construcción de los arcos de la región, todos ellos pertenecientes al género Tillandsia (Tillandsia belloensis, T. heterophylla, T. imperialis, T. leiboldiana, T. lucida, T. multicaulis, T. punctulata, y T. viridiflora).
Todas ellas son plantas originarias de los bosques de niebla o de pino que se desarrollan en nuestras montañas. A pesar de la transformación tan acelerada que han sufrido los bosques (se han convertido en potreros, cañaverales, o cafetales) se ha visto que los tenchos pueden crecer en árboles aislados en los potreros, en los cafetales, o bien en la vegetación en recuperación. Algunos tenchos resisten estas condiciones cambiantes de hábitat pero otros no las soportan y sólo pueden crecer dentro de los bosques.
El número de tenchos usados en los arcos a veces se puede contabilizar en cientos o miles de plantas para los arcos de la región, si a esto le agregamos que cada vez quedan menos bosque, los artesanos comentan que algunos tipos de tenchos ya es muy difícil encontrarlos, hay que caminar más lejos y a veces ni así se localizan. Esto es un llamado a buscar modos y formas para que la tradición comunitaria y la amplia creatividad que existe en la elaboración de los arcos florales continúen, pero también para que continúen existiendo los tenchos en la naturaleza y poder seguirlos usando.
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* Información obtenida del trabajo de la Biól. Ingrid Haeckel que entre 2006 y 2007 anduvo por los pueblos de la región platicando y acompañando a los artesanos en la construcción de varios arcos florales en la región.
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