16 de octubre de 2008

Victor Manuel Anell Vega, Músico


Por: Beatriz Mora


Don Manolo, le dedicó 42 años de su vida a la música, y fue uno de los músicos más importantes de la región. Aquí su historia.

“Comencé en la música a principios de 1950, cuando el Maestro Cornelio Mora nos preguntó si queríamos aprender. Fui uno de los primeros que le dijo que sí. Me gustaba mucho, recuerdo que en 1944, mi tío, don Abel Anell Alemán, tenía un buen radio y escuchaba una estación cubana, además, en la tele pasaba la Sonora Matancera, entonces, me emocionaba y hacia ilusiones.

Después, ingresé a la orquesta Blanco y Negro de don Cornelio, tenía como 20 años, éramos como 12 músicos, don Rafael Carrera, Lorenzo Gómez, Armando Gómez, Ramón Ruiz, Antonio Chama, Eleodoro Gómez, entre otros. Siempre toqué la trompeta, y gracias a don Cornelio fue que aprendí.

Algunos familiares se dedicaron a la música, como, Bonifacio y Fabián Anell, don Manuel Vicuña Anell y Alfonso Anell, de modo que, ha sido una gran herencia de mis antepasados que fueron músicos muy destacados.

La orquesta Blanco y Negro, fue la primera en la que trabajé, y sólo estuve como 3 años, porque vinieron unos compañeros de Xalapa que tenían una orquesta llamaba la Flores Olivares y me invitaron a participar, tuve la inquietud y acepté. Aunque se molestó un poco don Cornelio fue una etapa muy importante para mí, porque a pesar de que sólo trabajé como 4 meses, me abrió las puertas de otra oportunidad, pues ensayábamos en la calle de Sayago, y por ahí vivía el músico Luis L Martínez, una tarde que iba al ensayo, me invitó a su orquesta porque la iba a volver a formar, también le dije que si.

Comencé a ensayar y a trabajar con don Luis L Martínez; después ahí me reencontré con don Cor, porque también se fue a tocar a esa orquesta. Se tocaba música americana de aquel tiempo, tropical y danzones. Don Luis fue muy buen maestro y arreglista, tocaba en la Orquesta Sinfónica de Xalapa, y como le hacia falta una trompeta, me invitó a entrar y acepté. Tenía como 25 años de edad, fue una experiencia muy bonita porque es una música más difícil.

En 1956, por problemas familiares me fui a México y allá busqué a Miguel Preciado, que era un músico de México que venía de vez en cuando a Xalapa a tocar a la orquesta sinfónica. En seguida me dio trabajo como músico profesional porque él pertenecía al sindicato de músicos. Empecé a trabajar en los centros nocturnos y en los salones, por mencionar algunos, el salón México, el California, los Ángeles, la Playa, el Tropicana, y el Riviera, recorrí casi todos, tocando en varias orquestas. Los bailes eran muy concurridos, sobre todos los fines de semana, era para gentes de todas clases sociales. En la semana trabajaba en el cabaret y los fines de semana en el salón, también íbamos a tocar a los pueblos.
En México fueron 9 años trabajando. Después estuve en el puerto de Veracruz y ahí me fue mejor, había mas ambiente en los bailes, además se trabajaba menos y ganaba más, toque en el grupo tropical camaguey, en el conjunto Cien Fuegos, en la Orquesta Villa del Mar, y en la Sonora Veracruz. En esa época tenía 29 años.

Después, me vine otra vez a Xalapa, y aquí estuve en varios grupos. Un día vino don Alberto de la Rosa del tlen guicani, a buscar a tío Cor para invitarlo a participar, pero no aceptó y lo mando conmigo, al otro día me presenté en el teatro del estado, se tocaba música mexicana de mariachi, estuve trabajando 16 años ahí. Era un buen sueldo, y fuimos a muchas giras al extranjero, como Estados Unidos, Texas, Nuevo México, los Ángeles, Miami cuba, Venezuela, Costa Rica, España, Japón, China, Alemania, Italia, Yugoslavia, Moscu, Polonia, Rumania y Ucrania; fue una gira de 3 mese. Siempre que andaba en alguno de esos lugares le escribía postales a don Cornelio pues estaba muy agradecido por todo lo que me enseño. El lugar que más me gustó fue Roma porque me tocó cuando eligieron al papa Juan Pablo II, vimos salir el humo negro. La gente nos recibía muy bien, le gustaba mucho la música mexicana de mariachi. Todavía seguí tocando unos años en la orquesta y viajando, pero en 1992 me enferme y ya no puedo seguir trabando”.

Don Manolo les heredó el gusto por la música a sus nietos, Vicente toca el órgano y la guitarra; una de sus nietas estudia en la escuela de música en Xalapa, toca el violín; y a otro de sus nietos, que también estudia en la escuela de música, dice que le gustaría tocar la trompeta.
Ahora, vemos a don Manolo disfrutando del campo, nos comenta que le gusta mucho porque ahí se crío con sus abuelos. Está un poco decepcionado de la música y los músicos de ahora, para él han demeritado mucho, le sorprende que los cantantes usen el play back, pues él siempre tocó en vivo. Sus orquestas favoritas son las de Luis Alcaráz y Pablo Beltrán. También le gusta mucho Radio Teocelo y siempre la ha apoyado, entre otras cosas donando sus discos.

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