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16 de marzo de 2012
8 DE MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Vero Carrillo
Este día se festeja debido a que una mujer alemana Clara Zetkin, (5 de julio de 1857-20 de junio de 1933), propuso en 1910 la idea del Día de la Mujer Trabajadora, ahora conocido como el Día Internacional de la Mujer. Muy cercana siempre al feminismo, Clara Zetkin se interesó mucho en la política sobre la mujer, la lucha por la igualdad de derechos y el derecho al voto, impulsando el movimiento femenino. Entre 1891 y 1917 editó el periódico "Igualdad". La propuesta de la celebración fue que a partir del 8 de marzo de 1911, se considerara el "Día Internacional de la Mujer" o "Día de la Mujer Trabajadora", en conmemoración de que en esta misma fecha, pero en 1909, un incendio originado en una fábrica de Nueva York, EU ocasionó que más de 100 mujeres perdieran la vida.
El otro acontecimiento bien importante que se refiere a la defensa de los derechos de la mujer es la Declaración de Beijing en 1995, año del 50 aniversario de las Naciones Unidas (ONU).
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Beijing, China es un acontecimiento histórico que produjo la declaración sobre políticas más amplia y progresista formulada hasta ahora en materia de igualdad entre hombres y mujeres. La conferencia de Beijing dinamizó a mujeres de todos los medios sociales y la promoción de su autonomía pasó a ocupar un lugar central en los programas mundiales de desarrollo. La Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing son referencias que permiten evaluar los progresos logrados en la consecución de la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos y definir los problemas importantes que persisten.
Estos son los más grandes acontecimientos que permiten enmarcar la lucha de las mujeres en el mundo, pero ¿de qué nos sirve, si no reflexionamos? Entonces, reflexionemos. Las mujeres de hoy en día cargan niños, pasiones, penas, desengaños, bolsas de supermercado, responsabilidades laborales, portafolios de trabajo, preocupaciones, miedos, tienen fuerzas que asombran a muchos, aunque se les llame el "sexo débil".
El origen de la violencia contra las mujeres puede encontrarse en los patrones sociales y culturales adquiridos a lo largo de siglos de enseñanza sobre lo que significa ser “hombre” y ser “mujer”. Los hombres son socializados para ser fuertes, emprendedores, detentar el poder y dominar el espacio público. A las mujeres, en cambio, se le atribuyen rasgos de debilidad mientras son inducidas la sumisión, a evitar la confrontación y a permanecer invisibles, confinadas al espacio privado. Esto resulta en una manera diferente de vivir y sufrir la violencia. Mientras los hombres sufren la violencia afuera, en “el mundo”, las mujeres la sufren en “la casa” (violencia intrafamiliar o doméstica) y las diferentes formas de discriminación que viven en los ámbitos laborales y políticos también las hacen vulnerables a la violencia que se produce en el espacio público.
Para acabar con la violencia contra las mujeres, es imprescindible empezar por transformar estas relaciones de poder históricas, construidas socialmente y que por tanto, podemos cambiar. Es necesario transformar la cultura machista que considera la violencia contra las mujeres como algo natural. Provocar un cambio social y cultural, que empiece desde la más temprana edad en los hogares, las escuelas, las comunidades… Varios estudios han demostrado que los niños y niñas que viven y/o sufren violencia durante su infancia son más proclives a ser víctimas y/o victimarios de violencia… REFLEXIONEMOS
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