4 de junio de 2010

En Teocelo, crónica de una derrota anunciada

Elfego Riveros
El candidato del PRI y su planilla, durante la apertura de la campaña. Carlos May González, Antonio Gómez Anell y el delegado del PRI en el distrito Coatepec, Víctor Arcos Roldán, apuntalan la postulación. Sin la esposa, el alcalde Oscar Hernández de la Cruz hizo acto de presencia, en pleno declive de su periodo de gobierno. Foto: Josimar González

Teocelo será, una vez más, escenario de una derrota priísta anunciada, pero sin que se sepa todavía a dónde irán los votos de quienes no apoyan a Raúl Olmos Gómez. La estructura del partido y algunos de los precandidatos sostienen reuniones y buscan negociar posiciones con los candidatos del PAN y PRD.

La historia comienza el día en que se registraron como aspirantes a la candidatura Ana Lilia López Vanda, Ariel Patricio Anell, Erick Morales Hernández, Alejandro Landa y Raúl Olmos Gómez.
Aunque la esposa del presidente municipal llegó a registrarse con batucada, cirqueros, payasos, empleados del DIF y del propio ayuntamiento, además de familiares y beneficiarios de los programas del DIF, trasladados en autobuses desde la cabecera y congregaciones, a la hora de entregar la documentación el delegado del PRI Víctor Arcos Roldán le amargó el día a la aspirante al advertirle que faltaban algunos documentos…
Situaciones similares se presentaron con los demás precandidatos, que hicieron correr el rumor de que la puja –entrega de altas sumas de dinero- para obtener la candidatura, fue el requisito más difícil de cumplir, aunque desde luego no aparecía por escrito en la convocatoria.
De ser cierta la versión que publica El Regional, en la que Raúl Olmos Gómez asegura que el gobernador le pidió –hace tres años- declinar a favor de Oscar Hernández de la Cruz, a cambio de darle la candidatura en 2010, explicaría por qué el pariente de Los Gómez llegó sin comparsa y casi sin papeles, confiado a que El 1 y Toño le darían la candidatura.
Por eso, durante semanas, los demás aspirantes intentaron desesperadamente entrevistarse con el delegado del PRI y con el diputado federal Yunes Zorrilla, algunos para ofrecer –se dice, sumas adicionales de dinero- y otros para chantajear con irse con toda su gente a otros partidos. Nada lograrían, pues la decisión venía de muy arriba, si acaso se les podría incluir en una planilla negociada, como se estila en estos procesos.
Por eso, cuando se llegaron los tiempos del arranque de las campañas y nada pudieron conseguir los inconformes, se planeó dejar solito al candidato, hijo de los profesores Raúl Olmos Martínez y Graciela Gómez Vásquez, ambos ya fallecidos.
En aparente unidad de priístas, dinosaurios y bebesaurios hicieron acto de presencia la tarde del martes de 25 mayo, para que Duarte y su coordinador de campaña, Pepe Yunes, descifraran el mensaje : no estamos de acuerdo con la postulación de Raúl Olmos Gómez.
En la tarima no estuvo Ana Lilia López Vanda. Ni Alejandro Landa. Tampoco Erick Morales. Únicamente Ariel P. Anell. La noche anterior llamadas a los celulares de cada tribu priísta permitió conocer la verdadera magnitud de la rebelión.
Sorprendidos, Duarte y Yunes vieron en Teocelo un acto frío, desangelado, poco atractivo para la cargada mediática, cuyo vacío quisieron llenar gente como Noemí Guzmán Lagunes, Carlos Hernández Morales y Estela Zavaleta Martínez, presidenta del Comité Municipal del PRI, pero únicamente para apoyar al Delfín del Gobernador. No a Raúl.
Lo demás fue espectáculo de rutina : carros y más carros llevando gente pobre de municipios desconocidos, para rellenar los actos de campaña, y reparto de gorras, camisetas, paraguas, botiquines, estufas de mesa, sonido estridente, batucada y un ejército de guaruras, agentes de tránsito vestidos de civil, asesores, auxiliares y una flotilla de autos y camionetas al servicio del candidato a gobernador, que igual que Adolfo Mota –hace tres años- volvió a decir que si votan por el PRI en Teocelo habrá agua como nunca. Ya nadie se entusiasmó con la promesa…
Desde ese momento, el diputado federal por el distrito de Perote calculó que el candidato a presidente municipal, a quien identifican con el regreso de Los Gómez a la presidencia municipal, competirá en franca desventaja y que es muy probable que los votos del priísmo resentido sirvan para darle el triunfo al PRD –cuyo candidato es Cristian Texon Viccon- o al PAN que por segundo ocasión postula a Rafael Salazar Andrade.

 Pepe Yunes también intercambió opiniones con el candidato a la alcaldía de Teocelo, acerca de la transferencia de votos priístas a los candidatos del PAN o PRD. Foto: Josimar González

En efecto, el domingo 30 de mayo, Raúl Olmos Gómez abrió su campaña con un acto en el que –enviados por Pepe Yunes-, llegaron para apuntalarlo el delegado del PRI Víctor Arcos Roldán (que no negó que las candidaturas tienen un precio), Carlos May Gonzñalez –que iría a la Secretaría del Ayuntamiento, si ganara Raúl-, Juanelo y la suplente Carolina, el alcalde Oscar Hernández de la Cruz (otra vez sin la esposa), la regidora María Angélica Fernández (que busca desesperada acomodo en la próxima administración de lo que sea), Ariel P. Anell –del que se dice negoció cargo en el gabinete de Duarte, si llega, y desde luego los integrantes de la planilla y Toño Gómez, con celular en mano toda la noche. Nadie más.
Así, el pésimo desempeño de un alcalde como Oscar Hernández de la Cruz, las ambiciones de una primera dama, las raterías de ambos, el miedo de los propios priístas ante el posible regreso de Los Gómez y los pleitos entre dinosaurios y bebesaurios, colocan a Teocelo en la oportunidad de un cambio, aunque no se sabe si a la izquierda, a la derecha o hacía más abajo todavía…

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