16 de octubre de 2008

El Fantasma de la Especulación

Por: Rodrigo Soberanes

La especulación ya alcanzó al fondo de retiro de millones de trabajadores mexicanos. En un lapso de cinco meses, desaparecieron 63 mil 500 millones de pesos en las administradoras del fondo para el retiro (Afore). Hay expertos que opinan que ésta pérdida no es irreversible y hay otros que no piensan igual.

Desde hace 11 años, los trabajadores depositan parte de su ingreso en las Afores, manejadas por empresas privadas de diversa índole, como la compañía de seguros ING, o las múltiples instituciones bancarias del país.

Según información de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), durante el pasado mes de agosto, el saldo que reportaban las Afores era de 879 mil 773. 7 millones de pesos, una cantidad similar a la registrada en marzo, es decir, cinco meses antes, periodo en el que los trabajadores mexicanos aportaron los 63 mil 50 millones de pesos, una cantidad que no se vio reflejada en el saldo de estas entidades Afores.

Los trabajadores entraron al sistema de las Afore de manera obligatoria y las empresas privadas que manejan sus ahorros están autorizadas por ley a invertir en valores que cotizan en mercados internacionales. La ausencia de la suma millonaria depositada en cinco meses, coincide con los tiempos de psicosis especulativa y la crisis financiera que se vive a nivel mundial, ocasionada por la inminente recesión de Estados Unidos.

El ex presidente del Colegio de Contadores de Veracruz, Arnulfo Rueda, afirma que las Afores sí son un instrumento de riesgo: “Se supone que están en renta variable, que es donde la especulación está más presente. Este tipo de instrumento no es tan aconsejable para estos conceptos”.

Sin embargo, los convencidos y defensores del ajetreo de valores en los mercados, cuando pasa un caso como el de la “desaparición” del dinero de los trabajadores, se trata de una “minusvalía” que obedece a las fluctuaciones de los mercados y que por lo tanto, es un proceso reversible.

En un documento publicado en la página web de Consar, se intenta suavizar la situación, explicando que los instrumentos financieros no se han vendido, por lo tanto, aún cuando su valor fluctúe –como es el caso-, “la minusvalía no se convierte en pérdida”. Y a manera de paleativo, afirma que, por lo reciente de la medida de obligar a los trabajadores a depositar sus fondos en la iniciativa privada, “ hoy por hoy no existe un solo trabajador que vía sus recursos de las Afore, esto sucederá hasta dentro de 10 o 15 años”.

La Consar insiste en que la “minusvalía”, o la ausencia de los 63 mil 500 millones de pesos, es una situación puramente “coyuntural” y que los fondos del retiro (que los trabajadores depositan puntualmente, y permanentemente, sin respiro, durante toda su vida laboral) puestos en manos de empresas, “deben verse en un contexto a largo plazo” de hasta 40 años.

Los rendimientos que ofrecen las Afores, a través de las múltiples compañías que se benefician con dichos fondos, fluctúan ente el 5 y el 7 por ciento, según la etapa en que se encuentre el trabajador (Siefore). En los 11 años de existencia de dicho instrumento, se reportan un rendimiento promedio del 6.6 por ciento, según la Asociación Mexicana de Afore (Amafore), institución que representa a las empresas.

Oscuro panorama

Arnulfo Rueda opina que las pensiones de los trabajadores no están exentas de una hipotética catástrofe financiera, como ocurrió con la banca mexicana, que fue rescatada con un fondo multimillonario extraído del erario público (Fobaproa). Sin embargo, existen dos diferencias sustanciales, la primera es que “en caso de llegar a haber un problema de que desapareciera o minimizara su valor, el único afectado sería el propio pensionado”.

Por consecuencia, la segunda diferencia, es la prioridad para el principal implicado en el asunto, el Gobierno Federal. Según el contador veracruzano, “no habría interés ni la capacidad financiera” para rescatar a los trabajadores de un hipotético colapso financiero.

Y abundó: “es un problema importante que habría que visualizar desde ahorita, se supone que hay muchos candados que han establecido diferentes autoridades, entre ellas el gobierno, para proteger que el manejo de los recursos de las Afores sea transparente y garantice que cuando el trabajador lo requiera, esté ahí realmente el dinero, es decir, una capacidad de respuesta financiera por parte de las autoridades encargadas de ello”.

Para Arnulfo rueda, “tenemos el grave problema de que en 20 o 30 años, México va a ser un país de mucha gente necesitada de las pensiones, y desde el punto de vista demográfico, alguien tiene que producir”. Si la población envejece, la fuerza de trabajo disminuye, y “si no existe el ahorro suficiente, si no se cuidan estas Afores, podríamos tener un colapso de tal suerte que muchas personas pudieran no llegar a tener su pensión”.

- ¿Qué le parece el hecho de que se especule, podría haber un colapso o una catástrofe financiera?, se le preguntó.

-Directamente por la especulación, no. Más bien es por la mezcla en donde se invierta ese dinero que se está captando, en qué instrumentos de pensión los tengan. Cuando ya caemos en el concepto de especulación, ahí o se pierde o se gana”.

Dependencia dañina

Aún dándole el beneficio de la duda a quienes toman con tranquilidad la ausencia de los fondos depositados en 5 meses por los trabajadores (Consar), existe un coletazo más fuerte y contundente que la crisis financiera podría asestar en contra del sistema de pensiones mexicano.

“No estamos tan remotos a que pase algo, como es el caso de Estados Unidos, que a pesar de tener 70 años de una economía de libre mercado en donde la intervención del gobierno es más bien de regulador y están en este momento colapsados y están ideando, negociando, viendo cómo se puede rescatar el sistema financiero norteamericano”, considera Arnulfo Rueda.

-¿Podría haber repercusión en el sistema de pensiones mexicano?

-“Directamente no, pero indirectamente sí. Ya lo decía el secretario de Hacienda , se viene una crisis mucho más severa que la de 1929, estamos hablando de una situación mucho más compleja, obviamente que va a generar desempleo, con ello un empobrecimiento del consumo”.

Más allá de que la crisis financiera de Estados Unidos repercuta o no, en la economía interna de México, existe un efecto colateral que sí golpeará a nuestro país. Las remesas que envían los millones de paisanos viviendo en el país vecino, disminuirán considerablemente (así lo reconoció el propio secretario de Hacienda, Agustín Cartens), ello implica que bajará una fuente de ingreso que es tan importante como el petróleo.

La falta de consumo ocasionó la crisis, y la falta de consumo significa empobrecimiento. Así, esas personas que están dejando de enviar dólares, podrían optar por regresar a México justo en un momento de “problemas severos de generación de empleo”.

Esto, según Arnulfo Rueda, generará menor capacidad de ahorro para el trabajador, menor empleo y mayor empleo informal (ya el 60 por ciento de la Población Económicamente Activa se encuentra en la informalidad), “esto significa que menos personas podrán aportar al sistema de ahorro”.
El ex presidente del Colegio de Contadores de Veracruz, finalizó delimitando responsabilidades: “Hay que prever qué es lo que puede llegar a pasar, y por supuesto el Banco de México, pero principalmente La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para regular todos los vaivenes que pudieran provocar una volatilidad de todos los sistemas financieros y específicamente tratándose de las Afores”.

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